Normalmente
un cachorro hace sus necesidades donde quiere, si no se le enseña
acabará por convertirse en un adulto incorregible.
A
cualquier persona le molestaría que su perro se orine en la alfombra
o en la rueda del coche que acaba de lavar. Es lógico, pero...¿nos
hemos puesto a pensar si el perro comprende que su actitud nos
molesta?
Es labor del amo que su mascota comprenda lo que se espera de el. Y no es una labor fácil.
Es labor del amo que su mascota comprenda lo que se espera de el. Y no es una labor fácil.
Hay
diversas teorías sobre los métodos a emplear. La más popular y que
sin duda conocerá, es la del “periódico”. Nada menos
recomendable, ya que el animal se sentirá agredido por lo que para
el es un acto natural. La clave del éxito está en que el perro
comprenda donde puede hacer y donde no. Para conseguirlo hay que
proporcionarles las ordenes para que en un plazo aproximado de cuatro
semanas terminen con este “sucio”problema.
El
método que emplearemos se basa en el hecho probado de que el perro
no hace sus necesidades en el entorno próximo a su área de dormir.
Pero antes de entrar en más detalles, permítanme que les recuerde
que deben emprender esta tarea con mucha paciencia, constancia,
firmeza, cariño y buen humor, de otro modo, los resultados no
serán satisfactorios ni para nosotros ni para nuestro cachorro.
Supongamos que empezamos hoy mismo a poner en práctica el método.
Supongamos que empezamos hoy mismo a poner en práctica el método.
Esta
noche, antes de irnos a dormir, daremos un corto paseo con nuestro
perro . Pondremos la alarma del despertador una hora antes de la
habitual. Si dispone de una jaula tipo kennels debe encerrar al
perro. Si no tiene jaula, átelo a la pata de la cama o de algún
mueble en el lugar donde duerme habitualmente. Cuando suene el
despertador, saque inmediatamente al perro y siempre con su
correa,llévelo al lugar donde quiere que-haga-sus-necesidades.
Es
muy importante felicitarlo y premiarlo efusivamente cuando lo haga.
Regresaremos, lo pondremos en su jaula de nuevo y nosotros iremos a
recuperar esa hora que nos falta. A las tres horas repetimos la
operación.
Siempre
atado, lo sacamos al mismo sitio. Una vez que haga sus necesidades lo
premiamos. Ya lo podemos dejar suelto un rato y regresamos a la casa.
Es importante que la persona que se quede en la casa durante el
día, repita estos pasos cada dos o tres horas. Ya no es necesario
devolverlo a su jaula hasta la noche. Al día siguiente nos
levantaremos a la de todos los días y lo primero...., adivine.....
Sacar al perro, atado con su correa al mismo sitio del día anterior.
A
lo largo de este día espaciaremos una hora los intervalos de salida.
Cada tres o cuatro horas, lo sacaremos con su correa al lugar
elegido. Por la noche de nuevo a su jaula. Los días sucesivos iremos
aumentando el tiempo entre las salidas hasta que el perro se
acostumbre a salir a intervalos de 6 o 7 horas, que es el tiempo
promedio que alguien pasa fuera de su casa. Ya ha llegado el momento
en que podrá dejar a su perro dormir fuera de la jaula. Recuerde que
es importantísimo recompensarlo y felicitarlo cada vez que lo
saquemos y consiga el objetivo.
No debe regañarlo ni pegarlo si se
hace antes de que le de tiempo a salir de casa y sáquelo de todos
modos.
Debe
lavar y desinfectar los lugares de la casa donde el perro se hizo.
Para evitar que lo vuelva a hacer en el mismo sitio, es recomendable
rociar agua con vinagre.