ENFERMEDADES DE ADQUISICIÓN CALLEJERA NO INFECCIOSAS:
1- Traumatismos:
Es reconocida la alta incidencia de traumatismos violentos que sufren los gatos callejeros, éstos se producen por accidentes automovilísticos, peleas con perros u otros gatos, golpes con piedras, palos, heridas con armas de fuego, quemaduras, caídas de techos, etc. Los gatos viejos disminuidos físicamente y los jóvenes inexpertos son los más expuestos. Estos gatos sufren heridas y fracturas de todo tipo. Hay que tener en cuenta que en muchos casos estos accidentes son intencionales.
2- Tóxicos:
La cantidad de tóxicos que un gato puede adquirir en la calle es muy variada. Aunque el gato no suele comer alimentos extraños, podría encontrar cebos puestos intencionalmente para roedores o para ellos mismos. Muchas veces recibimos consultas de personas que quieren ahuyentar o eliminar gatos molestos de sus jardines o techos. Se pueden producir intoxicaciones con insecticidas, anticongelantes, anticoagulantes, etc. El agua también puede estar contaminada con desechos químicos o con residuos cloacales, y un gato sediento puede llegar a tomarla. Por último en algunas regiones se pueden producir picaduras de animales venenosos como arañas, serpientes o escorpiones.
3- Inclemencias climáticas:
Los extremos climáticos pueden producir diversas alteraciones que van desde la hipotermia y congelamiento en climas extremadamente fríos a golpes de calor en climas muy calurosos. Si el gato callejero es sorprendido por una tormenta de nieve o queda atrapado en algún lugar como jaulas o trampas en cualquiera de estos climas puede sufrir las consecuencias de las temperaturas extremas.
CONCLUSIONES
Como hemos visto hasta aquí, el gato callejero está expuesto a una gran cantidad de enfermedades de todo tipo por el solo hecho de estar en un medio contaminado y muchas veces hostil. Algún lector podrá decir que las recorridas de su territorio forman parte del comportamiento natural del gato, y que los riesgos están calculados para la especie, después de todo la desaparición de algunos individuos no es más que la selección natural de la propia especie. Esto estaría bien desde el punto de vista naturista o ecológico sino intervinieran dos factores que a mi forma de ver invalidan este razonamiento. En primer lugar el gato del que hablamos no es un gato totalmente libre, sino que tiene relación como mascota doméstica con un propietario y un grupo humano familiar, esto pone en peligro a este grupo de personas por la posibilidad de transmisión de enfermedades zoonóticas, además de producir angustias y pérdidas económicas por la atención de su mascota enferma. En segundo lugar el medio urbano no es un medio natural donde pueda vivir un gato en libertad, está lleno de peligros que el gato no tiene codificado genéticamente, el gato no sabe de automóviles ni de semáforos ni de cables eléctricos ni de ninguna otra invención humana.
Otro inconveniente del gato callejero, debido a su escaso contacto con el propietario es que se hace difícil detectar nuevas enfermedades e inclusive controlar las ya existentes; por ejemplo la Diabetes y la Insuficiencia Renal son algunas de estas enfermedades que requieren un control permanente de dieta y medicación. Por otro lado la aparición repentina de una Obstrucción uretral puede pasar desapercibida si el gato está fuera de casa y puede evolucionar hasta la muerte si no es tratada en forma urgente.
Es imprescindible que nuestro querido gato no haga vida callejera, siendo esto responsabilidad de su propietario. Una vez más debemos tener conciencia que si el gato adquiere alguna enfermedad zoonótica (de transmisión al humano) no es culpa de él sino que, es responsabilidad exclusiva de su propietario.
RECOMENDACIONES
No es fácil mantener un gato dentro de la casa en especial si está acostumbrado a salir.
En principio se debe evitar que el gato salga desde la pubertad cuando empieza a explorar. Una posibilidad para evitar el impulso a salir es la castración, las hembras se pueden operar inmediatamente después del primer celo (alrededor de los 6 meses de vida). En los machos es conveniente hacerlo un poco más cercano al año de edad, por lo cual si intenta salir antes, será conveniente utilizar medicación apropiada, indicada y supervisada por el Médico Veterinario.
Otra posibilidad para evitar las salidas es la contención física en forma de rejas, alambrados, protección de balcones, etc. la cual es muy efectiva en estos casos.
Si el gato se pone muy molesto o ansioso por salir, también se deberá consultar al Med. Veterinario para calmar esa ansiedad.
En otro aspecto, el propietario deberá implementar juegos (con juguetes pasivos o activos) o armar estructuras con cajas, túneles, troncos, etc. donde el gato pueda entretenerse y desarrollar su instinto aventurero. Traer otro gatito puede ser un recurso efectivo para estimular el juego.
En el caso de los gatos enfermos con las virosis inmunosupresoras (Leucemia e Inmunodeficiencia Felina) es doblemente imperativo que no hagan vida callejera, primero por su propia seguridad y segundo para que no sigan diseminando la enfermedad.
Sin duda, que el propietario tome conciencia de esta problemática, es el primer paso para comenzar a resolverla y tanto los miembros de la familia tenedora como el mismo gato se beneficiarán evitando sus incursiones callejeras.
CONCEPTOS IMPORTANTES
El gato callejero está expuesto a sufrir una variada cantidad de enfermedades contagiosas y ambientales.
El gato que vive adentro tiene el doble de promedio de vida que el gato callejero.
La castración temprana disminuye casi totalmente el impulso de hacer vida callejera.
La contención física puede ser un método efectivo para retener al gato dentro de la casa.
Todo propietario responsable debe evitar que su gato (o perro) haga vida callejera.
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